martes, 18 de septiembre de 2012

La filosofía como principio de ideologización



La filosofía como principio de ideologización


Es posible que muchas filosofías hayan servido de justificación del orden imperante, unas veces pretendiéndolo explícitamente y otras sin pretenderlo por no percatarse de lo condicionado que puede estar un pensamiento por la situación en la que se desenvuelven. Es aquel tipo de filosofías o aquella parte de algunas filosofías que pretenden positivamente exponer como son las cosas. Pero no todas las filosofías han sido solamente eso. Ya  lo vimos Sócrates, cuya tarea primera fue crítica, al pretender mostrar como quienes se estimaban como sabios no lo eran y como sus saberes no eran tales, sino que eran ignorancias interesadas. Kant, por su lado, a más de veintidós siglos de distancia, escribe lo más importante de su obra en forma crítica. Marx mismo escribe casi toda su obra a partir de una crítica. En realidad, casi todos los filósofos se debaten en permanente crítica unos de otros.
Estos hechos nos llevan a plantearnos el quehacer de la filosofía respecto de las ideologías.
Cuando se habla de la ideología de un determinado autor, lo que se entiende en una primera aproximación es el conjunto más o menos sistemático de ideas que ese autor expresa. Pero desde Maquiavelo para acá se ha insistido cada vez más en el carácter subjetivo de los sistemas ideológicos, que tras su intento de representar lo que es la realidad, lo que podrían estar haciendo es encubrirla en beneficio de determinados intereses personales o sociales. Fue Marx quien más insistió sistemáticamente en el carácter de enmascaramiento de las ideologías, que en el fondo no serian sino reflejos de una determinada estructura socioeconómica; las clases dominantes intentarían sustituir la verdad de la realidad por toda una superestructura ideológica, que impediría a las clases dominadas darse cuenta de las relaciones reales. La ideología seria un sustitutivo de la realidad y un sustitutivo cuya finalidad objetiva seria enmascarar la realidad, especialmente la realidad socio histórica; cobra una cierta autonomía y puede así convertirse en instrumento de lucha. Cada pensamiento, además de su inmediato contenido, tiene inmediata relación con una determinada situación sea del individuo que lo construye o se a del momento socio histórico en que aparece. Aunque todo pensamiento puede ser ideologizado, incluso el aparentemente científico y racional, es claro que más globalizante, más orientado a dar el sentido de las cosas y más propicio a convertirse en conciencia operativa a nivel individual o a nivel social. El elemento ideologizado de un pensamiento estaría, por tanto, no propiamente en su contenido, sino en lo que ese contenido tiene de relación con una determinada situación o con una determinada acción.      
 

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