martes, 18 de septiembre de 2012

La filosofía como modo de saber



La filosofía como modo de saber



Los filósofos se han considerado a sí mismos como los profesionales del saber. ¿Es sostenible este auto consideración después de que los científicos parecen haberse apoderado del imperio del saber? ¿No han surgido de la filosofía innumerables grupos de ciencias que han ido sustituyendo con ventajas el saber “especulativo” que profesaban los filósofos? ¿Puede seguir llamando al conocimiento filosófico en el mismo sentido atribuible al conocimiento científico?
  

Históricamente no es cierto que haya habido filosofía solo cuando no se daban tipos de saber cómo lo de la ciencia actual. Aristóteles filosofaba cuando ya estaban constituidas las matemáticas en algunas de sus bases fundamentales y de sus experimentos biológicos dice Darwin que muestran su estructura de gigante frente a la de los naturalistas posteriores, que aun en el aspecto biológico parecen enanos junto a él. Científicos como Descartes, Leibniz, Newton vieron todavía la necesidad de filosofía, a la que los dos primeros dedicaron sus mejores esfuerzos. Una historia de la relación entre ciencia y filosofía podría borrar muchos prejuicios que, como suele ocurrir con los prejuicios, son frutos de la ignorancia.
Y, sin embargo, junto a una profunda coincidencia, se dan divergencias notables entre lo que es el conocimiento  filosófico y lo que es el conocimiento científico.


Ambos coinciden en proponer dos planos del saber y consecuentemente dos planos de realidad, o dos planos de realidad y consecuentemente dos planos del saber. Hay, en efecto, un plano del saber que solo es meramente aparencial que se queda en el parecer de la opinión y responde al puro aparecer de la cosas; hay otro plano del saber que es verdaderamente real y que responde a lo que son las cosas realmente.   


Muchos filósofos y científicos han expuesto este hecho de la diversidad de planos en el saber y en la realidad. Marx lo formuló muy precisamente: si las cosas no mostrasen de inmediato y sin esfuerzo lo que ellas son realmente, estarían por sobre todo estudio y todo saber científico. No se estudia y se hace ciencia porque si, porque la realidad de las cosas se oculta y de esconde tras sus apariencias. Cuando Marx asimismo considera la realidad económica como la realidad fundamental de la sociedad y de la historia, hace un gran esfuerzo para superar las apariencias, que colocarían a lo económico no en el profundo de la realidad, sino en lo que buenamente se aprecia, se intuye o se siente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario